Las exposiciones artísticas en Ourense (1980-1999)
La situación política y social en la década de los ochenta, favorece la eclosión de las inquietudes que se estaban fraguando en algunos de los artistas orensanos. La plástica gallega está a punto de alcanzar una de sus cumbres, ya que proliferan tendencias y artistas. Comienzan a aparecer las salas de arte, las instituciones ponen empeño y medios en la difusión artística, fomentaran la llegada de exposiciones internacionales y de otras autonomías. El final de los ochenta es un momento clave en la plástica gallega. El arte se hace más popular y llega a más sectores sociales a través de las instituciones públicas y privadas. En Ourense todo esto se deja sentir en el apartado que nos ocupa, pues se pueden contabilizar en estos años más de una veintena de lugares que son salas de exposición o que desempeñan ese papel.
En el apartado de las galerías podemos citar a Galería Souto, que ya existía y a la que ahora se suman el Rincón del Arte, Choni Conde Sueiro (1986), Obradoiro das Artes de Tamallancos, Taller de Grabado, Sargadelos, Expresión (1989) y Esse (1989). Además de los cafés Estudio 34, Latino e Isaac.
En el apartado de entidades privadas destacan Caixa Ourense y Caixa Galicia más Caixa Vigo, que al no disponer de sala propia utiliza el Museo. Las instituciones públicas recurren a los museos Arqueológico y Municipal, a la Casa de Cultura, a la Casa da Xuventude y al Pazo de Vilamarín, propiedad este último de la Diputación. Las asociaciones culturales más activas son el Ateneo y el Liceo.
Aunque teniendo en cuenta que todas estas salas llevaron a cabo una gran actividad durante estos años, que impide enumerarlas, sólo como referencia recordamos que el museo Arqueológico llevó a cabo varias colectivas con la presencia preferente de nuestros artistas, además de una antología del pintor Conde Corbal y una muestra del Antiguo Museo de pintura de Ourense. En el Pazo de Vilamarín sobresalieron las antológicas de Failde y Quessada. Caixa Ourense contó con las individuales de Alexandro, Virgilio, Julia Minguillón, Prego, Xavier Cuiñas, Pesquería y Manuel Vidal.
El museo Municipal inaugura en 1988 con una antología de grabados de Julio Prieto Nespereira a la que siguen otras como la de Alexandro o la antológica de Conde Corbal. Un año más tarde, en 1989, Caixa Ourense inaugura su nueva sala en la avenida de Pontevedra con los primeros fondos de la Caixa, para seguir con las Manuel Vidal, Xosé Cid y Florencio de Arboiro entre otros.
El Ateneo expuso en 1982 la muestra “Arte Español Contemporáneo” de la Fundación Juan March, además de otras entre las que podemos citar la de Laxeiro, una selección de pintura naif y “Vangardas e silencios”. La galería Expresión contó con el escultor y pintor Oro Claro, el pintor De Dios y el escultor Xavier Cuiñas. Por estos años es también cuando las entidades bancarias comienzan a participar en círculos de exposiciones itinerantes a nivel nacional o autonómico.
Los años noventa siguen en la misma línea que los ochenta, las instituciones públicas asumen gran parte del protagonismo y gasto de nuestra vida cultural, basta con recordar la macro exposición de Galicia Terra Única, con tres sedes dedicadas al siglo XX. A estas instituciones siguen en el mecenazgo las cajas de ahorros.
No cabe duda que en los últimos años, este tipo de eventos se ha convertido en un campo específico de comunicación. La exposición va a quedar definida como un medio idóneo para divulgar conocimientos artísticos, científicos o de otra índole. Pero también será concebida por razón de prestigio y de interés político.
Hay que recordar en estos años la desaparición de galerías como Esse y Expresión (1990) y el nacimiento de otras como Marisa Marimón, Volter, Visol, Marga Prada o Lucerna. Mientras la galería Marisa Marimón se consolida con el paso del tiempo, siguiendo una línea muy definida en su trayectoria, que la llevan a trabajar con artistas de otras procedencias ajenas a la tierra, al contrario que sucede con otras galerías de la ciudad que se inclinan por artistas gallegos.
El museo Municipal una vez decidido su futuro, tan cuestionado y debatido a finales de los ochenta, ahora actúa ya como una sala de exposiciones por la que pasan la colectiva “¡Ay meu Ourense”, “La Suite Volard”, cien grabados de Picasso propiedad del Instituto de Crédito Oficial, “Arte sobre o Cister (I milenio da Orde)”, muestra de grabados de Chillida (1992), José Luis de Dios, grabados de “Tauromaquia” de Goya, “Contra vento e marea” colectiva de Oro Claro, Patiña, Pestana y Rivas, Xaime Quessada y “Todos con Santiago. Cruces alzadas” (1999).
Caixa Ourense crea el premio de grabado Julio Prieto Nespereira y comienza en 1991 con el I Concurso Internacional de Grabado. Siguiendo esta línea trae ese mismo año “Los maestros del grabado del siglo XVIII”. En 1992 una exposición temática del Xacobeo sobre escultura y orfebrería. Siguen otras como Treinta y seis estampas de Tauromaquia de Goya o la obra de Daniel Vázquez Díaz. En el año 2000 ya convertida en la Caixa Vigourense apuesta por valores consagrados como Dionisio Fierros, Sorolla, Gutiérrez Solana y otros, que forman parte de itinerantes nacionales.
Las galerías aportan su grano de arena, así Esse, antes de su desaparición, nos trae esculturas de Oro Claro y “Doce visiones de Ourense”, Sargadelos trae esculturas de Borrajo, Café Isaac a Cuiñas, Volter siete artistas gallegos, recordando a aquel grupo del mismo nombre y con los mismos integrantes: Baltar, Buciños, Acisclo, Quessada, Pousa, De Dios y Virxilio. Marisa Marimón entre otros expusieron en su sala: Alberto Datas (1995), Oro Claro, Salvador Cidràs, Lacalle y Pedro Calapez. Visol trajo de nuevo un asiduo del mundo expositivo ourensano: Xosé Luis de Dios. Las salas de las entidades bancarias siguen destinando parte de su espacio expositivo a itinerantes nacionales en los que abundan las vanguardias y el siglo XIX.
En los últimos años las instituciones autonómicas organizan algunas itinerantes de carácter esencialmente lúdico, son exposiciones espectáculo que necesitan los recursos de varias tecnologías y que llevan al visitante a un mundo imaginario tal como sucedió con el montaje “Camiño de Santiago virtual” (2000).
Este breve recorrido por el mundo expositivo orensano de la segunda mitad del siglo XX nos permite llegar a varias conclusiones como que el nivel expositivo de la ciudad arranca de un punto casi cero en los años cincuenta para alcanzar un nivel muy aceptable a finales de los noventa. Que las salas más estables, en cuanto a permanencia, son las de las instituciones y las entidades financieras. Que las galerías, salvo casos muy excepcionales, aparecen y desaparecen, lo que nos confirma que el mercado del arte en Ourense era bastante inestable. Que predomina el interés por el artista gallego en general, en particular son las instituciones las que muestran una preferencia más acentuada, fácil de entender por otra parte, ya que es propio de éstas potenciar lo nuestro, pero también sin olvidar aquello de fuera que nos pueda traer nuevas perspectivas. Las cajas de ahorro combinan a nuestros artistas con exposiciones itinerantes de carácter nacional preferentemente. Las galerías en su mayoría también muestran preferencia por los artistas gallegos, salvo una minoría que trabaja en circuitos con otras galerías de fuera de Galicia o que tienen una clientela que demanda catálogos más amplios. Que la preferencia del público a la hora de acudir a la exposición como mero espectador se inclina por aquellas que se exhiben en instituciones, entidades bancarias o sociedades, mostrando cierta “timidez” cara a las galerías. Que las exposiciones colectivas, que fueron numerosas a lo largo de todos estos años, las integran grupos muy definidos, lo que quiere decir, que conociendo el primer nombre del catálogo no es difícil adivinar quién son los siguientes. Por último, cabe decir que el camino que se lleva andado no estuvo exento de dificultades, aunque ya en los últimos años se ha comenzado a ver resultados importantes.