Las Letras Gallegas en la escultura orensana (1982-1995)
Hace un año por estas mismas fechas y en este mismo diario se publicaba el artículo Las Letras Gallegas en la escultura ourensana (1963-1981). Hoy queremos darle continuidad con esta nueva entrega y a la vez contribuir con nuestra indagación a mostrar otro aspecto diferente de esos escritores artífices de la fiesta por excelencia de la cultura gallega, desde que la Real Academia Gallega propusiera en 1963 establecer el 17 de mayo como el Día de Las Letras Gallegas.
Hasta en cuatro años de la década de los ochenta se dedica esta efeméride a escritores ourensanos: Vicente Risco (1981), del que ya hemos hablado, Antón Losada Diéguez, Ramón Otero Pedrayo y Celso Emilio Ferreiro.
En 1985 se elige a Antón Losada Diéguez, escritor que estuvo ligado a todo el movimiento cultural e ideológico que se desarrolló en torno al Grupo Nós. Sin embargo, los reconocimientos escultóricos que se le dispensaron en la provincia no van unidos a esta fecha, sino a otras conmemoraciones.
El primer monumento se erigirá en O Carballiño un año antes, en 1984, con motivo de cumplirse el primer centenario de su nacimiento. Se trata de un monolito de granito de Moldes (Boborás), lugar en el que se encuentra el pazo familiar. El escultor pontevedrés Eiravella tuvo dificultades para plasmar la idea original ya que, según sus propias palabras, no pudo realizar la obra tal como la había concebido al proporcionarle el ayuntamiento, alegando problemas de transporte, una piedra de menor tamaño del prometido. Esto le obligó a simplificar el programa iconográfico que tenía previsto. No obstante, el artista partiendo de las raíces ancestrales de la cultura gallega no renuncia a combinar el granito con los grafismos. Estos grafismos iniciáticos en los que las figuras humanas llevan una concavidad en la cabeza aludiendo, según Eiravella, a que “lo de dentro está en otro lugar”.
El segundo monumento que se le dedica al escritor será en 1996 con motivo de la creación del Premio Antón Losada Diéguez.El escultor Acisclo Manzano realiza una cabeza en bronce del escritor para colocar a la entrada del pazo de Moldes. Esta cabeza que se aparta de los cánones de otras obras similares del artista, se aproxima a la abstracción eliminando todo detalle descriptivo innecesario, prevaleciendo solo dos de los más significativos: el pitillo en su boca y el sombrero. De esta obra se hicieron varias copias.
El Día de Las Letras Gallegasde 1988 se dedica a Ramón Otero Pedrayo. Al igual que había sucedido con Losada Diéguez, el monumento que se le erige en Ourense es anterior a esta conmemoración. Parece que la idea surgió a raíz del fallecimiento del escritor, ya que aunque el monumento no se inaugura hasta 1983, es en 1978, dos años después de su muerte, cuando el ayuntamiento decide rendirle homenaje erigiéndole una estatua. Se discute sobre el lugar y se convoca un concurso de ideas que queda desierto. El consistorio, ante esta situación, delega en el Patronato Otero Pedrayo que opta por el escultor Buciños y se elige la plaza del Corregidor para su ubicación. Al estar esta sin remodelar se coloca provisionalmente en la Alameda, causando esta decisión un disgusto al artista que ve “empequeñecer” su obra en un lugar inapropiado. Al cabo de cinco años, en 1988, y coincidiendo con el Día de las Letras Gallegas se procede a una reinauguración del monumento ahora ya en la plaza del Corregidor. Si la primera inauguración estuvo deslucida por el tiempo y la escasa presencia de autoridades y público, la segunda contó con un elevado número de personalidades. La escultura desde el punto de vista formal responde, en boca de su autor, al deseo de hacerlo cercano, a la altura del viandante, no a la manera tradicional pero que sea reconocida por el pueblo. Una figura puente que entronque lo tradicional y lo moderno, a la vez que recoja el espíritu del gesto de D. Ramón.
En 1989 la villa de Celanova celebra que por segunda vez sea propuesto uno de sus poetas para el día grande de las Letras Gallegas. Si el primero, como no podía ser de otro modo, fue Curros Enríquez (1967), ahora será Celso Emilio Ferreiro al que le cabe ese honor. En esta ocasión sí se le erige un monumento para recordar la fecha. El promotor de la idea fue el Patronato Curros Enríquez que elige como escultor a Acisclo Manzano, amigo del poeta y que colabora desinteresadamente. El artista opta por una voluminosa cabeza del escritor en bronce. Resulta ser uno de los retratos más realista que dista de los que son habitual en él. Ello quizás se deba a la demanda del encargo o al hecho de haber conocido personalmente a Celso Emilio.
Dos monumentos, muy diferentes entre ellos, le ha dedicado la provincia de Ourense al escritor Eduardo Blanco Amor protagonista del Día de las Letras Gallegas de 1993. Ambas obras fueron posteriores a este reconocimiento y también al que le tributó la villa de Redondela que ya el 17 de mayo de 1982 le dedica un monumento inconcluso.
El primero, que se erige en la ciudad, se trata de una escultura en bronce obra del escultor Xosé Cid y que fue inaugurado en 2007. El artista lo representa cercano, prescindiendo para ello del pedestal y con las manos en los bolsillos en actitud de caminar. Desde el punto de vista formal al tratarse de una obra de encargo se percibe una mayor aproximación del escultor a la figuración para plasmar los rasgos esenciales del ilustre ourensano.
Con motivo del treinta y cinco aniversario del fallecimiento del escritor, en 2014, la Fundación de la Insua dos poetas(O Carballiño) encarga al escultor Acisclo Manzano un monumento que este va a concebir con la ayuda del cortén, un acero nacido como material de construcción. El resultado final fue una forma de sintetizar arte y literatura recortando sobre las planchas del metal, con un figurativismo muy simplificado, la iconografía literaria del escritor y a la vez proporcionar al espectador una nueva manera de mirar que le obliga a ir del deleite estético a la información literaria.